Bitácora del Explorador - Segunda entrada "Los traidores de mi historia"
A ambos les podría preguntar qué fue lo que llegue a ver en ustedes, simplemente continúan demostrando que nunca fueron dignos de mi cariño, de aquello que reserve especialmente para ustedes. Puedo comprender mi parte de la culpa, mi sobre reacción a la situación y mi temor a ella, incluso puedo comprender mi error de pensar que una vez que habíamos terminado lo nuestro no podíamos volver a estar juntos nunca más, de pensar que la amistad ya no podía volver a existir. Lo que no entiendo es esa imperiosa necesidad de odiarme... Yo no sentí animadversión por ninguno de ustedes en el momento, se podría decir que inclusive les guardaba cariño, que los recuerdos juntos bastaban para crear esa parte de que aquella historia había valido la pena, y sin embargo tu Judas (No diré tu nombre) te decidiste arder contra mí porque tome las riendas de mi vida, trace un plan y ya no te quise incluir en él, y te arrastraste cuando mi vida empezaba a volver a tomar vuelo e hiciste de mi dulce Julio Cesar un Brutus de lo peor que me traiciono también. ¿Cómo desean ambos que los perdone si no ven lo que hicieron? Si tu Judas el traidor te confié mi primera relación y la envenenaste y tu Brutus decidiste tomar mi corazón solo para regalárselo a Judas y reírse a mis espaldas en sus 20 monedas de plata mientras Roma ardía. Y con Roma era mi corazón que jamás volverá a su esplendor. Aquellos besos siempre me recordaran tiempos mejores, tiempos en los que estuve enamorado, en los que ame y me amaban, pero si crees Brutus que algún día te felicitare mientras tengas a Judas abrazado fingiendo que no fue mi corazón el que se rompió en ese momento te equivocas, pues entonces te condeno a vivir visiones cada día de tu vida que te recuerden tu traición a Roma, que siempre recuerdes como rompiste mi corazón cuando más te necesitaba, cuando tenía miedo y necesitaba un apoyo. Cuando necesitaba encontrar la forma de volver a subir y tomar el vuelo te aseguraste de hundirme más, y ahora que Roma ya ardió Brutus yo te aseguro que renazco de las cenizas como el ave fénix, que el que me engañaras con Judas sirve simplemente para quitarme la venda de los ojos y saber quién eras realmente y que ahora que estoy en los aires nuevamente solo espero ver desde lo alto algún día que auténticamente seas feliz, que aquella traición haya servido de algo y que encuentres lo que buscabas. Porque yo ya lo hice, y el imperio romano se vuelve a levantar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario